Casapulla: maltratos y golpizas en manicomio, docentes condenados a 7 años

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Así terminó la historia del asilo de los horrores de Casapulla. El profesorado: "Pedimos disculpas a las familias, nos hemos perdido en el camino".

Siete años de prisión para los maestros de laasilo de los horrores de casapulla donde en septiembre de 2021, tras la denuncia de los padres de un niño, se iniciaron cinco largos meses de investigaciones, que llevaron al hallazgo de graves malos tratos y torturas contra los jóvenes alumnos.

Esta es la condenación que el Fiscal de Santa Maria Capua Vetere infligido en Frances Merola, Ana Lucía Espina e valeria eliseo. Para presidir el juicio, para el que se eligió el rito abreviado, estuvo el gup Pascual D'Angelo.

Casapulla, puñetazos y bofetadas en el jardín de infantes "Piccole Pesti": las disculpas de los maestros "nos hemos perdido".

Los profesores, inmediatamente después de la sentencia, hicieron declaraciones espontáneas, diciendo que estaban "muy arrepentidos" y pidiendo disculpas a las familias de los niños involucrados.

Frances Merola, quien fuera director del manicomio de los horrores, dijo:

“Nunca quise lastimar a los niños. He perdido mi camino. "

Disculpas seguidas por las de Thorn y Elysée, que señalaron con el dedo a Merola y contra sus directivas, consideradas "abominables", pero que estaban obligados a seguir.

Maestros condenados, las reacciones de los padres

Declaraciones que solo aumentaron la ira de los padres de niños abusados, quienes abandonaron masivamente el salón de clases en señal de protesta.

Para la mayoría de los 44 padres de los 29 alumnos, que figuraban como parte civil agraviada, las condenas eran demasiado leves, dado que los niños eran sometidos a episodios sistemáticos de violencia física y psíquica, así como a la falta de atención asistencial. de los pequeños.

Según se desprende de las investigaciones, los niños fueron golpeados con puñetazos y bofetadas, tomados de las orejas o de los cabellos, tirados al suelo o tirados de los catres.

También los alimentaban a la fuerza, a menudo hasta el punto de tener arcadas, y los dejaban en las heces y la orina durante horas.

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escrito por francesca orelli
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